Yo siempre he pensado que se infravalora el poder y la dimensión de la afición de un equipo de fútbol. Por supuesto, también con nuestro Real Zaragoza. La visión más limitada del mismo lo limita a la plantilla deportiva. Todos asumimos que el Zaragoza además incluye el equipo directivo (profesional o no) y la plantilla no deportiva. Hasta aquí, todos de acuerdo.
Empieza las dudas cuando hablamos de la afición. ¿Quiénes son el Zaragoza? Algunos dirían –con razón- que se pueden considerar parte de este ente a los accionistas de mayor o menor cuantía, que apostaron parte de su dinero desde 1992, a sabiendas de que no lo invertían en un negocio rentable. Era una inversión en compromiso zaragocista. Otro cantar son los que compraron (Soláns o Agapito) tantas acciones como para controlar el club para intervenir directamente de su gestión, lo que les daría una mayor posibilidad de “rentabilizar” su inversión. Superado el primer nivel de los accionistas del club, el siguiente ámbito serían los abonados. ¿Qué abonados? ¿Los de la temporada en curso? ¿Y los que lo han sido durante uno o muchos años y ahora no lo son? Yo entiendo que todos ellos siguen formando parte del Real Zaragoza. Hasta aquí es más o menos fácil identificar la condición de zaragocista porque va unida a un contrato laboral o transacción económica de compra de acciones o abono. Ampliando el ángulo de alcance el paso siguiente serían las Peñas del Real Zaragoza, donde encontraremos abonados y no abonados al club. Pero, probablemente, encontraremos algunos de los más fieles seguidores del mismo. Todos ellos son el club, aunque no sean abonados a mí entender. ¿Hemos llegado al final del camino? No, para mí el zaragocismo también llega hasta esos miles y miles de aficionados que durante toda su vida disfrutan y sufren con las andanzas del Zaragoza, aunque nunca hayan comprado un abono jamás. Muchos de estos mantendrán su fidelidad al club hasta la tumba. Mucha más fidelidad que la de algunos jugadores o directivos para los que el Real Zaragoza sólo será una empresa para la que trabajaron un tiempo.
El final de mi reflexión es la siguiente. ¿Qué tamaño tiene el zaragocismo entendido en la dimensión que acabó de relatar? ¿150.000? ¿200.000? ¿Cuántos celebraron la Recopa en 1995? Probablemente ese sería el límite real de nuestra marea blanquilla.
¿Quién la representa? Para mí, entender que esta inmensa masa de gente está representada por la Directiva o por la Federación de Peñas o por…. siempre se queda corto. Creo que no hay un Ente (con mayúsculas) que represente al Zaragocismo: ex jugadores, jugadores, cuerpo técnico, accionistas, directivos, abonados, ex abonados, peñistas, aficionados, etc…. ¿Y si creamos este ente? ¿Qué poder tiene en Zaragoza, Aragón y España una masa de 200.000 personas apoyando en una misma dirección?
¿Quién dijo miedo?
J. Vicente Casanova Clemente
Accionista, abonado, peñista y aficionado del Real Zaragoza.
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